martes, 29 de diciembre de 2009

Dentro de un inmigrante hay una persona

Es cierto que aunque sea un tema de bastante popularidad y actual, todavía siguen existiendo barreras para estas personas que emigran para conseguir una mejor calidad de vida. Podríamos llegar a entenderlos si nos ponemos en la situación de nuestros abuelos que muchos de ellos emigraron para mejorar sus condiciones de vida, económicas y sociales y es ahí cuando de verdad comprendemos lo difícil que es abandonar parte de su familia en su lugar de procedencia, dejarlo todo atrás para poder renovar todo lo que allá anda mal, que casi siempre suele ser motivos económicos y nivel de vida.

Es cierto que para algunas personas resulta difícil tratarlos como personas, ya que consideran que su presencia en nuestras país hace peligrar al mismo, pero también es verdad que cuando nos interesa mejorar el desarrollo económico del país los aceptamos de manera muy rápida, ya que a ellos no les importa realizar trabajos que a los españoles no nos gusta hacer por tan poco dinero, es decir mano de obra barata.

Debemos ser conscientes de que para ellos no es nada fácil trasladarse a un nuevo país, adaptarse y aceptar determinadas costumbres, para que encima nosotros le pongamos más barreras a la hora de integrarse. No somos conscientes de que son personas y que sienten y padecen como nosotros, y que a nadie le gusta ser rechazado cuando llega a un lugar nuevo donde no conocemos a nadie, sino al contrario queremos sentirnos cómodos, y que nos hagan sentir como uno más en ese grupo, ¿Por qué muchos de nosotros aún no somos capaces de comprender está situación? ¿Por qué no somos capaces de dejar a un lado nuestros intereses y empezamos a mirar también por los demás? Sinceramente me resulta una actitud de egoísmo pensar que los inmigrantes son un problema para nuestra sociedad, considero que no es así, ya que establecer contactos con otras culturas, etnias y religiones nos hace crecer como personas, nos hace conocer otras actitudes y tomar otras percepciones a la hora de establecer opiniones sobre su país, sobre ellos, sobre sus costumbres etc., porque muchos de nosotros tenemos determinados prejuicios sin conocer ni indagar sobre ellos.

Debemos ser considerables y aceptar una vez por todas la igualdad entre los inmigrantes y no tratar de imponerle nuestra cultura, costumbres y decisiones sino que ellos sean libres de escoger libremente su camino, es decir, que pueda llegar a sentirse como en su país, que realice las mismas cosas y que las haga como es debido sin que nadie decida por ellos. Tenemos que darles una oportunidad, la oportunidad de integrarse, de hacerles sentirse uno más, sin rechazos, sin risas, sin ignorancia y sin ningún tipo de xenofobia, hasta el punto de agredir por ser de una determinada etnia, lo que quiero conseguir es que sean conscientes de que son personas y debemos tratarlas y respetarlas como tal, porque también sienten y padecen, y a nadie le gustaría ser rechazado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario